Nataly Torres Guzmán.
Fecha:
marzo del 2013/Quito
I. Introducción
A
inicio de 1980, la aplicación de las políticas neoliberales generó un flujo de
capitales por concepto de inversión extranjera de las corporaciones mineras en
América Latina. Factores como el alto
precio de los metales y la creciente demanda de materias primas por parte de
las economías desarrolladas motivaron a las empresas a desarrollar la nueva
oleada extractivista.
Para
esto, las grandes corporaciones, asociadas en la Iniciativa Minera Global, iniciaron una masiva estrategia publicitaria
para introducir el nuevo rostro de la minería. Conceptos como “desarrollo
sustentable”, “minería sostenible”, “responsabilidad social corporativa” fueron
introducidos sobre todo en el léxico de los gobiernos latinoamericanos.
Ecuador,
apoderándose del discurso transnacional, inauguró el modelo de desarrollo
minero con la firma del primer
contrato de explotación de cobre del Proyecto Mirador (Zamora Chinchipe), por
parte de las empresas CRCC-Tongguan. El crecimiento económico, el desarrollo
local, reducción de la pobreza, la protección medioambiental, entre otros son
los argumentos a favor de la minería.
El objetivo de este estudio es analizar algunos elementos de juicio con respecto al
posible desarrollo minero en los páramos de Kimsakocha. El trabajo es dividido
en tres partes. En la primera sección se analizará los argumentos a favor y en
contra de la actividad minera. En la segunda sección se presentará algunos
detalles del proyecto minero “Quimsacoha”. Se razonará los posibles beneficios económicos
y ambientales de proyecto. En la tercera sección se hará una breve presentación
de informes técnicos realizados por instituciones como la Universidad de
Cuenca, Universidad del Azuay, Gobierno Provincial del Azuay y el informe de la
Contraloría General del Estado sobre la situación de los páramos concesionados
para desarrollo de actividades exploratorias. Finalmente se presentarán las
conclusiones respectivas.
II. Minería sostenible y socialmente responsable
En 1999, en el marco de la Iniciativa
Minera Global (Global Mining Initiative), surgió el Proyecto Minería, Minerales y Desarrollo Sustentable (IIED-WBCSD,
2002). El proyecto fue patrocinado por 25 de las más grandes empresas mineras
del mundo. Entre estas empresas constan:
Rio Tinto, Anglo American, BHP Billiton, Noranda Inc, Placer Dome Inc, Codelco,
Phelps Dodge Corporation, Newmont Mining Corporation, WMC Resources, entre
otros. Además participaron instituciones no-comerciales como el Banco Mundial,
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Unión
Mundial para la Naturaleza (IUCN), la Fundación Rockefeller y países como
Australia, Canadá y Reino Unidos. El objetivo central del estudio era analizar los
mecanismos con los cuales la industria minera podría incidir en el desarrollo
sustentable. De acuerdo a esto, las corporaciones transnacionales deberían
mejorar el desempeño de la industria minera tanto en los ámbitos económico,
social, ambiental y de gobernanza.
Por otro lado, el Pacto Mundial de las
Naciones Unidas (United Nations Global Compact) creó el concepto de responsabilidad
social corporativa. El Pacto Mundial es una iniciativa voluntaria en donde las
empresas se comprometen a ejecutar sus estrategias y operaciones en base a
los diez principios universalmente aceptados en materia de derechos humanos, estándares
laborales, medio ambiente y anti-corrupción. Las empresas que se adhieren al
Pacto Mundial comparten la convicción de que las prácticas empresariales
contribuyen a la construcción de un mercado global más estable, equitativo
e incluyente que fomentan sociedades más prósperas (Pacto Global,
1999).
En este contexto las corporaciones
mineras promovieron el discurso de sostenibilidad y responsabilidad social. El
objetivo era recuperar la imagen de la actividad minera que se lo vincula con los
grandes destrozos ambientales alrededor del mundo y la agudización de la
pobreza en las zonas en donde ésta se ha desarrollado.
En la actualidad, la creciente demanda mundial
de metales preciosos y los altos precio del oro motiva la expansión de las
inversiones mineras en América Latina. Los gobiernos latinoamericanos –entre
ellos los progresistas– en alianza con el capital extranjero auguran a la
minería como el mecanismo para superar la pobreza. Bajo el argumento de que
“los minerales son necesarios para la sociedad y las economías contemporáneas”
(IIED-WBCSD, 2002) se pretende iniciar una serie de proyectos extractivistas. Sin
embargo, la revista National Geographic manifiesta que “el oro no es
indispensable para la existencia humana y, de hecho, tiene muy pocas
aplicaciones prácticas” (National Geographic, 2009: 8).
Gráfico I. Usos del Oro
En toneladas
Fuente: Consejo Mundial
del Oro en “Oro el costo humano de una obsesión” (2009). National Geographic
*Nota: Se excluye bancos centrales, 2007
El
Gráfico I. muestra que tan solo el 13% de la producción total de oro es
utilizada en la industria y dental: Electrónica (8.8%), otras industrias (2.6%)
y dentistas (1.6%). El 67% de la producción de oro se utiliza en joyería. El
13% se utiliza en inversiones: lingotes (2.0%), monedas oficiales (3.9%) y
medallas/monedas especiales (6.6%). El 7% es utilizado para fondos de
intercambio. Por lo tanto, el oro más que una materia prima indispensable para
la industria es un instrumento de reserva financiera de los bancos
internacionales. Además hay que considerar que los desechos de la industria
pueden ser reutilizados.
Según la revista National Geographic (2009:
11) “los depósitos más ricos del planeta se agotan rápidamente y cada vez es
más difícil hallar nuevas vetas”. Consecuentemente, los yacimientos mineros
pequeños son igualmente atractivos para las corporaciones transnacionales por
la alta rentabilidad monetaria que estos generan.
En
Ecuador existen cinco proyectos estratégicos declarados de interés nacional por
parte del gobierno: Fruta del Norte (Kinross Aurelian) y Mirador (ECSA) en la
provincia de Zamora Chinchipe; San Carlos Panantza (ECSA) en la provincia de Morona
Santiago; Quimsacocha (IAMGOLD y INV Metals) y Rio Blanco (IMC) en la provincia
del Azuay. La particularidad de estos proyectos es que se encuentran en zonas
de enorme biodiversidad y en páramos que hacen suponer impactos adversos tanto en lo económico, social y ambiental. No
obstante, el gobierno reconoce que la explotación de recursos naturales no
renovables generará ingresos importantes al Estado para financiar las políticas
sociales. El Plan Nacional de Desarrollo Minero 2011-2015 manifiesta:
La minería es la “madre de las
industrias” se vincula con el importante efecto multiplicador que genera
encadenamientos productivos, empleo, flujo de ingresos a partir de las
inversiones y compra de insumos nacionales, generación de divisas, innovación
técnica y tecnológica, desarrollo de infraestructura, recursos para inversión
en salud, educación, desarrollo local, capacitación y entrenamiento para
gestión del talento humano para una minería bien hecha (Pág. 8).
La minería lleva costos ocultos que no
son tomados en cuenta al momento de evaluar sus potenciales beneficios. Kocian
y Harrison-Cox señalan que “con la experiencia de la última década, hay más
pruebas de que la minería ha atrasado el desarrollo y ha causado sustanciales
impactos perjudiciales a largo plazo” (Kocian y Harrison-Cox, 2011: 15). Analicemos
algunos argumentos de la industria minera.
El crecimiento económico es el argumento
principal de los defensores de la industria minera. El pago de regalías e
impuesto puede significar importantes ingreso para el Estado. Estos ingresos
son considerados como indispensables para reducir la pobreza. Sin embargo, al
momento de proyectar los beneficios para el Estado, no se considera los gastos
que este tiene que incurrir para garantizar la inversión extranjera. Por
ejemplo el Estado tiene que encargarse de la construcción de carreteras que
dependen de la ubicación geográfica del yacimiento. Los principales proyectos mineros
están localizados en zonas alejadas, por lo tanto las obras de infraestructura no
son útiles para la población y sirven unicamente para el transporte de maquinaria
pesada de la industria. Las empresas obtienen concesiones de agua para la
producción por lo tanto no pagan por su uso. El Estado también tiene que
incurrir en costos de uso de policía y fuerzas de seguridad públicas para
proteger las inversiones.
La minería es una actividad que depende
del capital extranjero. Por lo tanto, la economía del país queda reducida a una
situación de vulnerabilidad ante los ciclos de auge y depresión de los mercados
internacionales.
La creación de fuente de empleo es otro
argumento de la minería. Según cálculos del Grupo del Banco Mundial para cada
empleo minero a gran escala se crea entre 2 y 25 puestos de encadenamiento, si
se incluyen proveedores, vendedores, contratistas y otros (Weber-Fahr y otros,
2001 en Batker y Harrison-Cox, 2011). Sin embargo, la minería es una actividad intensiva
en capital y emplea mano de obra calificada.
Otro argumento es que la minería genera
encadenamiento con otras actividades productivas; Furtado al respecto manifestaba que la minería
al abastecerse de productos especializados obtenidos del exterior, no contribuyó
a la creación de un mercado interno (Furtado, 1969: 67). La minería al ser una
industria de enclave no contribuye al desarrollo de otras actividades productivas
y más bien provoca lo que en literatura económica se conoce como “enfermedad
holandesa”. Este efecto hace referencia a la pérdida de competitividad en el
mercado internacional de sectores tradicionales debido al boom de una actividad
que genera ingresos repentinos de divisas a un país. Al respecto Acosta
escribe:
Ecuador, no hay duda, ha experimentado
en más de una ocasión la “enfermedad holandesa”, el virus ya mencionado
relacionado con el boom de exportación de materia prima. El ingreso abrupto y
masivo de divisas lleva a una sobrevaluación del tipo de cambio y a una pérdida
de competitividad, perjudicando al sector manufacturero y agropecuario exportador
(Acosta, 2009: 153).
El argumento de que la minería utiliza
tecnología de punta que evita daños al medio ambiente es deslegitimizado por
aquellos que se oponen a esta actividad y la acusan de provocar serios
destrozos a la naturaleza. La contaminación de agua superficial, degradación de
humedales y acuíferos, pérdida de biodiversidad, creación de residuos
volátiles, relaves mineros, incremento de enfermedades, drenaje ácido son efectos
por los que se les critica. Según Meller, Ryan y Solimano (1966: 265 en Thorp,
1998) en términos de volumen de contaminantes liberados en la atmósfera y el
agua, el sector minero ha sido la fuente más importante de contaminación
industrial.
En la actualidad, las corporaciones
mineras siguen reproduciendo las mismas prácticas del pasado en nombre del
desarrollo sostenible. Por ejemplo, la compañía minera Plata Real, filial de la
canadiense Linear Gold Corporation, fue expulsada de los Valles Centrales de
Oaxaca (México) por contaminar mantos freáticos durante los trabajos de
exploración[1].
En Ecuador la empresa Iamgold,
co-propietaria del proyecto minero “Quimsacocha”, se presenta como una empresa
responsable, sin embargo Acosta y Sacher (2011: 3) manifiestan que esta empresa
“ha sido acusada de haber contaminado las fuentes de aguas alrededor de su
proyecto africano de Yatela en Malí. Estos autores basados en un informe
gubernamental señalan que se ha observado tasas anormales de abortos
espontáneos en las comunidades aledañas.
Por otro lado, la compañía minera
Barrick, durante el 2012, obtuvo ganancias netas ajustadas de US$3.830 millones
(US$3,82 por acción). Estas ganancias fueron las segundas más altas en la
historia de la compañía. Sin embargo, esta empresa enfrenta una serie de
demandas por fraudes en materia de propiedad minera y malas prácticas
ambientales en el proyecto Pascua Lama (Noalamina, 2013).
Por tal motivo varios países han
preferido desechar la opción de explotar los recursos. Svampa y Antonelli
señalan algunos ejemplos:
En los últimos años, [la] minería ha
sido prohibida en Turquía (1997), República Checa (2000), Nueva Gales del Sur,
Australia (2000), Estado de Montana (1998) y los condados de Gunnison (2001),
Costilla (2002) y Summit (2004) del Estado de Colorado, EEUU, y República de
Alemania (2002). En América Latina, el único país que ha sancionado una ley
prohibiendo la minería a cielo abierto con sustancias tóxicas es Costa Rica
(2002)” (Svampa y Antonelli, 2009: 7).
Los casos exitosos de minería, si así se lo pueden llamar, se dieron en
países pobres en biodiversidad; el desarrollo minero del Norte de Chile, la
explotación minera en el desierto australiano por citar algunos ejemplos. Thorp
(1998: 75) señala que en condiciones apropiadas, con instituciones establecidas
y colaboración entre el gobierno y las empresas, un sector minero de propiedad
extranjera e intensivo en capital puede promover el desarrollo. Analicemos si
estas condiciones existen en Kimsakocha.
II. Complejidades del Proyecto Minero “Quimsacocha”[2]
Cuando la filosofía del desarrollo socava el control
comunitario del agua,
promoviendo en su lugar tecnologías que abusan del
ciclo del agua,
la escasez se
hace inevitable.
Vandana Shiva (2003)
“Casi
todo el oro que falta por explotar yace enterrado en minúsculas cantidades en
aislados y frágiles rincones del planeta” (National Geographic, 2009: 11). El
páramo de Kimsakocha es uno de estos rincones. Este páramo se ubica en la
Cordillera Occidental de los Andes, a 30km al suroeste de la ciudad de Cuenca.
Se encuentra a una altura entre los 3.500 y 3.900 m.s.n.m. Su función es
retener agua y regular el ciclo hídrico de las microcuencas de los ríos Punkuwayku,
Zhurucay, Cristal, Falso, Alumbre (Afluentes del río Ridcay), Irquis y Portete
(afluentes del rio Tarqui) y Bermejos (afluente del Yanuncay) (Pérez, 2012:
53).
Luego
de varias exploraciones realizadas en la zona[3] se
ha identificado la existencia de un yacimiento polimetálico de oro, plata y
cobre. Las concesiones otorgadas para este proyecto tienen una extensión de 2.250
en el Rio Cristal (San Gerardo), 2.572
hectáreas en Cerro Casco (Baños) y 3.208 en Rio Falso (Victoria del Portete). Estas
dos últimas se encuentran dentro del área de Bosque y Vegetación Protectora Yanuncay-Irquis.
Según
Tamba, la auditoría ambiental realizada por la Escuela de Biología, Ecología y
Gestión de la Universidad del Azuay indica
que en la zona concesionada existen 15 variedades de aves, 6 especies de
anfibios y reptiles. Además existen 72 tipos de plantas de las cuales 5 son
endémicas. En la concesión Cristal, en unos 400 metros, existen 52 clases de
plantas, de las cuales 4 son endémicas. En el bosque de polylepis registraron
42 tipos de los cuales 9 endémicas. En el bosque montano existen 51 clases de
plantas, entre árboles, arbustos y hierbas, de estos seis son endémicas (Tamba,
2011: A2).
Además
de poseer una rica biodiversidad existen una reserva probable de 1,68 millones
de onzas de oro cuya precio promedio oscila entre USD 1.400 y USD 1.800. La
reserva de cobre es de 0,034 millones de toneladas cuyo valor promedio en el
mercado es de USD 3,37. Las reservas de
plata son de 9,5 millones de onzas con un valor promedio en el mercado es de
USD 27.
Según
el Ministerio de Recursos No Renovables, la inversión estimada para el proyecto “Quimsacocha” es de $ 372 millones
por el desarrollo de la mina y $ 432 millones por gastos operativos. El
desarrollo de esta mina proveería al Estado, por concepto de regalías e
impuestos, 40 millones de dólares anuales durante los 8 años de duración del
proyecto. Estos valores están sobreestimados porque no se contabiliza los costos
de cierre, costos ambientales, construcción de infraestructura, flujo de
materiales, etc. Además, en cuanto a tributos y regalías, las compañías
transnacionales son especialistas en evadir los pagos a través de los paraísos
fiscales. Por ejemplo Acosta y Sacher (2011, 6-7) indican que la empresa Iamgold,
con matriz en Toronto, es propietaria de Iamgold Ecuador S.A a través de una
subsidiaria intermediaria, la Iamgold South American Corporation, una empresa
registrada en un paraíso fiscal: los Barbados.
En
junio el 2012, la empresa Iamgold vendió el 40% de sus derechos de
explotación a la empresa junior INV
Metals. El justificativo fue que no ha llegado a entendimientos con el gobierno
en cuanto a la negociación. Las excesivas cargas tributarias serían los puntos
en discordia. Sin embargo se alegó que si la empresa INV Metals consigue una negociación
favorable para el proyecto, volvería a adquirir las acciones.
En
el Plan de Desarrollo Minero 2011-2012 se estima que el proyecto creará 1.000
empleos directo y 1.520 empleos indirectos durante la fase de construcción;
mientras que en la etapa de operación se generará 526 empleos directos y 1520
empleos indirectos. En la minería, los sueldos son relativamente altos.
Consecuentemente, las tensiones sociales entre
los que puedan o no acceder al empleo se harán visibles. El abandono de
las actividades agro-ganaderas de subsistencia constituye un efecto negativo
potencial. Otro efecto que puede surgir es que la rápida afluencia de
trabajadores mineros, que aportan mayores ingresos y sin querer suben el precio
de productos básicos como alimentos, combustible, y vivienda (Kocian y Harrison-Cox,
2011: 18).
En
cuanto a la proyección de gastos operativos se estima que USD 62 millones
anuales serán utilizados para el abastecimiento de materiales, equipos e
insumos mineros. Para una mina subterránea
se utiliza camiones de bajo perfil, camiones explosivos, cargadores, martillos
picados, entre otro. Estos implementos no se producen ni en la zona de
influencia del proyecto ni en el país; por tal motivo se incurrirá en flujos de
divisas al exterior por concepto de importación.
Tamba,
basado en explicaciones técnicas de la empresa Iamgold, señala que la producción
se realizará en tres procesos: extracción, separación y refinación. La
extracción consiste en sacar el material de la bocamina y el de separación en
dividir los metales de la piedra estéril. La refinación de los metales se
realizará fuera del país. Se tiene previsto construir una planta de
concentrados. Esta servirá para evitar la utilización de escombreras y para
devolver la roca a la mina. El sistema de recirculación de agua optimizará el
95% del líquido requerido. La utilización de maquinaria normal y camiones
especiales de bajo tamaño para la transportación de materiales desde la galería
será otra ventaja (Tamba, 2011: A2).
La
explotación será por minería subterránea con método de cámaras y pilares. Este
método, al igual que la mina a tajo abierto, necesita remover grandes
cantidades de material. Pérez manifiesta que:
El yacimiento de oro se encuentra con una ley muy
baja de apenas 6.76 gramos por tonelada de roca tratada, de acuerdo a
estándares internacionales todo yacimiento con una ley menor a 10 g/t de roca
tratada es poco rentable en términos económicos y extremadamente grave en
términos ambientales, sus efectos son descomunales e irreversibles (Pérez,
2012: 72).
Acosta y Sacher (2011: 5) señalan que cada día
se moverán 3.000 toneladas de material; un volumen equivalente a 15 veces el de
la recolección diaria de basura de la Ciudad de Cuenca.
III. A la espera de estudios técnicos
La
destrucción de los recursos hídricos superficiales y de los bosques de las
cuencas de captación y los acuíferos, es también una forma de terrorismo
Vandana Shiva (2003)
En octubre del 2011, la visita del primer mandatario
Rafael Correa creó expectativas en las poblaciones aledañas al proyecto,
quienes acudieron a la comunidad de San Gerardo (Cantón Girón) para participar
de la caravana presidencial hacia los páramos. El objetivo era expresar sus
preocupaciones con respecto al proyecto minero, sin embargo les fue restringido
el acceso. El presidente, asesorado por funcionarios de la empresa Iamgold, fue
desinformado de la ubicación geográfica real del proyecto. Su visita lo hizo a las
Tres Lagunas y no a Kinuawayku y Kalloancay en donde además de existir el
cuerpo mineralizado más importante de la zona, nacen los ríos Irquis y Portete
afluentes del rio Tarqui. Luego de esta visita, el presidente manifestó que el
proyecto minero “no contaminará las fuentes de agua que alimentan a Cuenca”.
Sin embargo, los estudios técnicos existentes no explican los impactos reales
de la actividad minera en la zona.
Desde la academia se elaboraron dos estudios:
“Auditoria ambiental, periodo 2008-2009. Exploración avanzada proyecto
Quimsacocha” de la Universidad del Azuay y el “Informe de avance de actividades
del proyecto, elaboración de la línea base en hidrología de los páramos de
Quimsacocha y su área de influencia” del
Programa para el Manejo del Agua y del Suelo (PROMAS) de la Universidad de Cuenca. La peculiaridad de
estos dos estudios es que fueron financiados por la empresa Iamgold.
El Gobierno Provincial del Azuay, por su parte
elaboró el informe “Análisis técnico, ambiental y legal del proyecto minero
Quimsacocha”. El artículo “Quimsacocha: informes bajo la lupa” del Diario El
Mercurio cita a Eduardo Idrovo quien al presentar dicho informe manifestó:
Al extrapolar los
resultados de estudios relacionados al desarrollo de otras actividades
antrópicas sobre este ecosistema se concluye que los impactos alcanzarían
niveles irreversibles, especialmente sobre las funciones de regulación hídrica.
Considerando este aspecto, son vulnerables los sistemas de agua potable para la
ciudad de Cuenca, que se encuentran interconectados al sistema de agua
Yanuncay, por lo que cualquier riesgo de contaminación podría afectar a todos
sus habitantes (ACR, 2011).
Por
su parte, el informe UAIE 0036-2009 de la Contraloría General del Estado
establece que el 60,4% de la cuenca del Rio Yanuncay[4], que abastece a la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Sustag[5], está concesionada a diferentes empresas mineras. Por lo tanto, existe un alto riesgo de que se provoque un daño ambiental irreversible que afectaría a la calidad y cantidad de agua (Pág. 18-22). Si bien este estudio no muestra los efectos reales de la actividad minera y antrópica en los páramos, sin embargo recomienda impedir el desarrollo de estas actividades mientras no se disponga de estudios técnico-científicos que den cuenta de la real afectación que se puede generar.
establece que el 60,4% de la cuenca del Rio Yanuncay[4], que abastece a la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Sustag[5], está concesionada a diferentes empresas mineras. Por lo tanto, existe un alto riesgo de que se provoque un daño ambiental irreversible que afectaría a la calidad y cantidad de agua (Pág. 18-22). Si bien este estudio no muestra los efectos reales de la actividad minera y antrópica en los páramos, sin embargo recomienda impedir el desarrollo de estas actividades mientras no se disponga de estudios técnico-científicos que den cuenta de la real afectación que se puede generar.
El desarrollo de toda actividad
antrópica en los páramos es peligroso –la minería en mayor medida–. Guerrero manifiesta que se debe excluir o restringir al máximo la
minería en los páramos andinos, entre otros, por los siguientes motivos:
a.
Son cabeceras de
cuencas y prestan servicios ecosistémicos fundamentales en términos de
provisión de agua y regulación de caudales.
b.
Más de 80 millones
de personas dependen de ellos en cuanto a la provisión de agua para consumo
doméstico, agricultura y otras actividades.
c.
Los acueductos
de grandes y pequeñas ciudades dependen de los páramos como fuentes de agua y
reguladores de caudales.
d.
Ante la disminución
de los glaciares andinos, los páramos adquieren mayor importancia como fuentes
y reguladores de agua.
e.
La biodiversidad
de los páramos neotropicales es excepcional en el ámbito de los ecosistemas de
alta montaña a escala mundial.
f.
Los ecosistemas
de páramo son frágiles y de baja resiliencia.
g.
En términos de costo-beneficio,
a un país andino le resulta más rentable y le genera mayor competitividad en el
largo plazo, garantizar fuentes y sistemas de regulación de agua, en
comparación con proyectos mineros cuyos beneficios son de corto plazo y generan
muchos pasivos ambientales y sociales.
h.
Los impactos de
la minería, en especial la gran minería a cielo abierto, conducen a una
degradación irreversible y/o de difícil mitigación.
i.
Las
compensaciones (‘offsets’) que suelen proponerse por parte de la industria
minera no subsanarían la pérdida irreversible de áreas de páramo frente a la
limitada extensión total del bioma páramo en los países andinos (Guerrero,
2008: 8).
Hasta el momento, para el proyecto minero
“Quimsacocha” no existen estudios técnicos que adviertan de los posibles
impactos de la minería. Sin embargo en reiteradas ocasiones se ha manifestado
que si los grupos opositores a este tipo de políticas quieren desarrollar sus
agendas deben ganar las elecciones. Entonces, ante el abrumador triunfo de Rafael
Correa en las últimas elecciones hace suponer la ejecución inmediata de este y
otros proyectos mineros pendientes en el país.
IV. Conclusiones
La
historia de la minería es de miseria y devastación. En la actualidad no existe
tecnología de punta que mitigue y elimine los efectos adversos sobre la naturaleza
y la población local. El desarrollo de las actividades mineras en los páramos,
por su situación de vulnerabilidad ecosistémica, merece especial atención.
Kimsakocha es un reservorio natural de
agua utilizado tanto para el consumo humano como para actividades
agro-ganaderas de subsistencia. Por la importancia acuífera de esta zona es
mejor descartar toda actividad económica que ponga en peligroso el desarrollo
humano y ambiental de las zonas de influencia.
Si bien las cifras monetarias, que
servirían para financiar el gasto social, darían la ilusión de desarrollo tan
esperado y deseado en las comunidades olvidadas por décadas, no obstante la devastación ambiental que la actividad
minera generará en el largo plazo no es comparable con los posibles beneficios
antes analizados.
V.
Bibliografía
Acosta, Alberto (2009).
La maldición de la abundancia. Quito:
Ediciones Abya-Yala.
Acosta,
Alberto y William Sacher (2011). El agua
de Quimsacocha, entre la codicia y la vida.
ACR
(2011). “Quimsacocha: informes bajo la lupa”. Diario El Mercurio. Cuenca, octubre 15. Sección 6A.
“Barrick Gold reportó enormes ganancias netas en 2012”
(2013). No a la mina. www.noalamina.org/barrick-gold-reporto-enormess-ganancias-net.
Fecha
consultada: 7 de marzo del 2014.
Contraloría General de Estado (31 de octubre del
2007 al 31 de octubre de 2008). Examen especial a la “Gestión Ambiental de las
Fuentes Hídricas de ETAPA de la cuenca del Yanuncay”. Informe UAIE 0036-2009.
Furtado, Celso (1976). La Economía Latinoamericana (formación histórica y problemas
contemporáneos). Octava Edición. Buenos Aires, México y Madrid: Siglo
Veintiuno.
Guerrero, Eduardo (2008). Implicaciones de la minería en los páramos de Colombia, Ecuador y Perú.
Proyecto Páramo Andino. Resumen Ejecutivo.
Iamgold Ecuador S.A (Diciembre 2004
- Mayo 2005). Estudio ampliatorio de impacto ambiental y plan de manejo
ambiental. Fase exploratoria. Cerro
Casco y Rio Falso, Ambigest Cía Ltda.
IIED-WBCSD International
Institute for Environment and Development –Instituto Internacional para el
Medio Ambiente y el Desarrollo– y World Business Council for Sustainable
Development –Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable– (2002).
Abriendo Brecha: Informe final del Proyecto MMSD, Resumen Ejecutivo Earthscan,
Londres.
Kocian, M., Batker, D., Harrison-Cox, J. 2011. Estudio
ecológico de la región de Intag, Ecuador: Impactos ambientales y recompensas
potenciales de la minería. Earth Economics, Tacoma, WA, Estados Unidos.
“Oro
el costo humano de una obsesión” (2009). National
Geographic. Pág. 9-21
“Pacto
Global” (31 de enero de 1999). Naciones Unidas.
http://www.un.org/es/globalcompact/context.shtml.
Fecha consultada: 7 de marzo del 2013: 14:30
Pérez,
Carlos (2012). Agua u oro: Kimsakocha la
resistencia por el agua. Cuenca, Imprenta Grafisun.
“Proyecto
Pascua Lama es sancionado por graves incumplimientos medioambientales”
ww.noalamina.org/mineria-latinoamerica/mineria-chile/. Fecha consultada: 7 de
marzo del 2013.
República
del Ecuador (2011). El Plan Nacional de Desarrollo Minero 2011-2015. Ministerio
de Recursos Naturales No Renovables: Quito.
Shiva,
Vandana (2003). Las guerras del agua:
privatización, contaminación y lucro. Madrid: Siglo XXI de España Editores.
Svampa,
Maristella y Mirta Antonelli (2009). Minería Transnacional, narrativas del
desarrollo y resistencias sociales. Buenos Aires: Biblos.
Tamba,
Javier (2011). “Oro, plata y cobre en
Quimsacocha”. Diario el Tiempo. Cuenca,
septiembre 23. Sección A2.
Tamba,
Javier (2011). “Quimsacocha, vida en el
páramo”. Diario el Tiempo. Cuenca,
septiembre 24. Sección A2
Thorp,
R. (1998). Progreso, Pobreza, y Exclusión: Una historia económica de América
Latina en el siglo XX. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo y Unión
Europea. Pág. 1-101.
Weber-Fahr M., Strongman J., Kunanayagam R., McMahon G. and Shelton C.
2001. Mining and poverty reduction.
Washington, DC: The World Bank en Kocian, M., Batker, D., Harrison-Cox, J.
2011. Estudio ecológico de la
región de Intag, Ecuador: Impactos ambientales y recompensas potenciales de la
minería. Earth Economics, Tacoma, WA, Estados Unidos.
“Zapotecos expulsan a minera canadiense”
(2013). La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2013/02/26/estados/031n1est.
Fecha consultada: 7 de marzo del 2013
[1] Ver
http://www.jornada.unam.mx/2013/02/26/estados/031n1est.
[2] El proyecto minero se encuentra
inscrito como Quimsacocha, sin embargo el término correcto es Kimsakocha
(palabra Kichwa que traducida al español significa tres lagunas).
[3]
Organización de Naciones
Unidas (1969), Cogema (1991-1993), Newmont – Cogema – Tvx (1993-1999) y Iamgold
Ecuador (desde 1999).
[4]
Esta cuenca está conformada
por el Área de Bosque y Vegetación Protectora Yanuncay e Irquis (24.803,68
ha.), Área de Bosque y Vegetación Protectora Yunguilla (4.041,30 ha.) y el
parque Nacional Cajas (6.090,86 ha.) (Informe UAIE 0036-2009/Contraloría
General del Estado 2009, 18-19).
[5]
Esta planta abastece a una
poblacion de 100.877 habitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu aporte es importante, opina y comenta sobre el tema de este post